Martha Sánchez Lerena – Tercero Regular – 7 abril 2020
– SER ACTRIZ, NO SER –
I Para hacer vivir la metáfora, no basta con fingir el olor a sal. Has tenido que atragantarte con cada azote de la olas hasta pensar que estabas muerta. Para adéntrate en el viaje del imposible retornar, no basta con llegar a la primera, no basta con ser lista ni guapa, has tenido que sentir la palabra atravesar como metralla cada poro de tu piel. Para caminar por las ásperas tablas de lo soturno, no basta con estar enfadada, ni con sentir la sangre bajo el rostro ni el temblor de la tierra concentrado en las manos, has de haber sentido tanta rabia que serías capaz de matar. Para llenar de estrellas tus ojos con el goce liquido del aplauso, no basta con haberlo hecho bien o con haber lamido más de un culo, has tenido que sentir la elemental caricia del amor de un amor sincero, sin muro ni desierto. Has tenido que anidar ruiseñores y cuervos en tu pecho.
II Ser todas y ninguna. Ser buena y mala. Ser sensible y dura. Ser iracunda y baladí. Ser soñadora y pesimista. Ser fracasada y ganadora. Ser cariñosa y violenta. Ser víctima y asesina. Ser actriz, no ser.
III Si alguien me pregunta como veo el teatro del futuro, le diré que nunca me aproximo a las certezas, ni respondo lo que se requiere de mí en la pregunta. Que nunca fui muy lista, no supe dar buenos consejos, ni buenas respuestas. Pero sí quisiera, ver las tablas pisadas por personas que hayan sido capaces de habitar cada sentimiento, para así hacer del teatro un lugar sincero, con el que emocionar y reflexionar. Personas, capaces de morir con intención de resucitar, por la única esperanza de combatir.
Desde el amparo de papel de plata y su reflejo del sol,
pude ver que el hormigón que nos envuelve se convirtió en muralla.
Desde la quietud posada sobre la piel, que ahora no forma el grano
hiriente por frio, siento en el horizonte el deshielo por la montaña.
Deja las huellas de su eco convertido en pavimento mojado.
Yo, que aprendí del arte de amar que la soledad no es mal sino refugio,
caigo en la cuenta de que el tiempo es ahora lejanía
y consuelo del mañana.
Desde este asiento de piedra, que me conceden los tejados,
veo la libertad que es ahora cristal y acero,
dentro de ella en cubículos forrados de gotelé o papel pintado,
se encuentran aquellos que son infelices de pasar la transición al verano
confinados en dichas y desdichas de un pijama.
Yo que aprendí a inventar hazañas tras la respuesta indiferente
sé que en el edificio de en frente, en el piso quinto,
una chica que se despide del abrigo y saca del armario
el pantalón corto que va a ponerse en cuanto salga.
Sé que cuatro pisos más arriba el policía de balcón jubilado,
el aciago y odio que siente hacia sí mismo proyecta.
También sé, que la mujer de pelo rizado del segundo
que adornaba los vientos con los tangos salidos de su garganta
con aquellas letras sacadas de los suelos y los sueños,
hace días que no canta.
Daniel España – Tercero Regular – 8 abril 2020
Sueños Los sueños emanan del inconsciente colectivo.Un espacio para la libertad, la no crítica y la imaginación Dónde los trampantojos de la mente habitan espacios ficticios Donde el vacío se vuelve luz y la oscuridad, sanación. El seguir soñando es lo que espero en un futuro Buscar ese lugar donde habitar emociones y espacios para deconstruir el tiempo Un debate constante sobre la consciencia y la inconsciencia humana. El sentir el mango afilado del miedo para sujetar luego un estado de deseo Ese ir y venir sin vendas sociales o políticas. Empapado de la lisergia de mis sueños, sueño en un teatro nuevo y libre.
Susana Sanz- Primero regular- 8 abril 2020
Marta Rodriguez- Segundo regular- 8 abril 2020
«Magia y pandemia»
Carlota Aragón- Primero regular- 8 abril 2020
Hablando de la libertad, esta es una palabra muy grande que no nos viene dada en nuestra sociedad, al menos a partes iguales ¿Podemos hablar de libertad cuando no es para todas las personas igual? ¿Podemos hablar de libertad si en cualquier momento esta se nos puede arrebatar? Vivimos en el ámbito de la posibilidad de ser libres ¿Pero realmente lo somos? Somos libres en potencia, pero… ¿La potencia hace al acto?
Creemos ser libres, pero quizá no lo seamos tanto, la libertad a veces se construye desde la ausencia de ella…. ¿El teatro es libre? ¿Lo ha sido siempre? ¿Soñamos quizá con él? A veces somos esclavos hasta de lo que soñamos… ¿Cómo llevar nuestros pensamientos al teatro? ¿El teatro es uno de los caminos para hacer libre la ausencia de libertad?
El teatro es una puerta de construcción y creatividad, las únicas que hasta entonces parece que nos causan una libertad…. Dentro de un tiempo un teatro libre implicará una capacidad distinta de pensar, un teatro con mismas posibilidades ¿Un teatro que nos muestre lo que no estamos preparados para ver? Un teatro que nos estallará la cabeza y marcará un camino para perderse, perderse y seguir perdiéndote.
Teatro que nos muestre el dolor de toda una sociedad incapaz de hacerse responsable de él.
Caminos de pensamientos destructivos y constructivos a la vez, lo que nos rompe nos arregla ¿y lo que a un espectador le destruye le reconstruye en algún momento?
Candela Martínez- Segundo regular- 8 abril 2020
Cuando vamos al teatro, vamos con la predisposición de ser engañados, en el mejor sentido de la palabra. Importa más la coherencia interna que los efectos especiales. Estás construyendo una realidad con códigos propios. Lo mejor es ceñirte a un sentido dentro de esos códigos, generar algo que no tiene por qué mostrar un mar, sólo no negar la idea del mar. Trabajamos con símbolos, y con la propia voluntad del público de ser arrastrado por ellos.
Jose Cánovas- Segundo regular- 11 abril 2020
Hoy no he dormido. Estaba viendo un capítulo de una serie, cuando me he dado cuenta de que eran las 7:00 de la mañana. He mirado la ventana. He mirado la hora. He vuelto a mirar la ventana, pero esta vez, me he fijado en la tenue luz azul que hace de despertador del sol, para que amanezca. He corrido hacía la terraza y he quedado hipnotizado. Hipnotizado al son de los pájaros mañaneros y de esa tímida luz cálida, que quiere salir, pero no se atreve. Eso sí, cuando se decide a salir, que poco dura. Que poco duran las cosas bonitas. Tan solo 30 o 45 minutos de amanecer. Donde ves todo el camino. El auge, el clímax, el descenso, el descanso y finalmente la salida del sol. Pero ha sido tan rápido, podría durar más, podrían durar todos estos momentos más. Pero, si durasen más ¿los apreciaríamos igual? o sería una cosa más del día a día, como ir a comprar. Supongo que es parte de la gracia, como ese dicho «Disfrutar de los pequeños momentos, de las pequeñas cosas» si no fueran pequeñas, efímeras, las pasaríamos por alto y estoy seguro de que no las veríamos igual, no las contemplaríamos. Hoy no he dormido, pero he amanecido.

Rosa Pozuelo- Segundo regular- 11 abril 2020
Espacio y cuerpo versus tecnología
Cada vez estamos más inmersos en la tecnología y el teatro que sueño del futuro es un espacio ocupado por el cuerpo. Aunque puede llegar a estimularme e impresionarme la presencia de elementos tecnológicos en una escena teatral, prefiero la simpleza de los cuerpos; prefiero la fuerza y sencillez de los cuerpos atravesando el espacio, expresándose a través de las acciones y del movimiento. El teatro tiene su razón de ser en el tiempo presente, mientras que la tecnología está suspendida en la atemporalidad. Por lo tanto el teatro futuro lo sueño como un espacio que se llene de presente y de materia orgánica. Un teatro que respire y un lugar de reflexión, que nos haga detenernos, tomar consciencia del tiempo y tocar tierra.