Privilegio de acostarme a las cinco y levantarme a las 14.

Marta Rodríguez- Segundo regular- Abril 2020

La ciudad y todas las ciudades
están en silencio
Todas las ciudades lo están
Y los pájaros vienen a cantarnos lo estúpidos que somos
La gente se topa irremediablemente con las realidades
Que poco a poco han hecho pudrirse.

Unos tratan de remediar
Otros disfrutan de sus entornos sanos
Exentos de envidias y falsedades
Dándose cuenta aún así que todo está más conectado de lo que creíamos
En nuestros microcosmos ombliguísticos y narigudos.
Y todo el mundo se queja
Ahora hasta los poderosos han quedado sin respuesta.

Siempre me pienso irresponsable, hipócrita
Y aún así doy gracias por no estar inserta en el mar de desinformación
Que cada día dinamitan y ponen firmes a cuerpos que parecían dormidos.

Me levanto y pienso en acabar de leer la novela que empecé ayer
Hago el amor y pienso en el placer descapitalizado que nos estamos perdiendo
Estúpidos ególatras y miedicas.

Lucho constantemente contra mis inseguridades
Y trato de decirle a mi mente que el cuerpo es igual a ella
Que nos han intentado engañar, y ahora descubro que van unidos.

Me levanto más tarde que pronto y me siento en el sillón a acabar la novela
La señora del tercero del edificio de enfrente sale tomándose un mate a regar sus
plantas y me sonríe, le sonrío de vuelta.

Ahora empieza a llover torrecialmente
Y pienso en las mujeres que siempre llevan faldas largas

Que pasan cada día por mi calle y se dirigen a la puerta del supermercado.

Cuando cae el sol duermen debajo del puente con cartones y mantas
Lugar impregnado de olor a excrementos y comida pasada.

Las he visto muchas veces al ir y venir de algún concierto
Y aunque me haya convencido de que no puedo hacer nada al respecto
Sus caras y sus cuerpos tendidos debajo del puente se me quedan grabados en la
mente.

Cuando los pienso a veces me rechazo a mí misma y se me mojan los ojos.

A veces navego entre fotografías antiguas
Cierro los ojos y justo en la boca del estómago me viene una presión
Si me concentro bien puedo sentir los olores y saborear las sensaciones
Y a veces me siento tan vivida
Que pienso que el tiempo, como el amor, es mera construcción
de los poderosos a los que los pájaros debieran agujerear las cabezas.

Me he dado cuenta de que a través de la pantalla a veces me miro más a mí misma
que a quienes tengo delante
Y eso causa en mí una alegría caduca y una tristeza perenne.
También me he dado cuenta de que los árboles han florecido
Y que ahora disfrutan de la primavera quienes de verdad se la merecen.
¿Saldremos de esta mejores personas o nuestro destino ya está dictado?
La hiperconexión constante me genera una sensación insólita
Y pienso en estos días que debería reconectarme conmigo

Construyo en mi mente la sensación de un abrazo
Y de una conversación cara a cara
De silencios compartidos calmados

Siento calor ante la sensación de un caos que duerme
Un caos pasivo que se instala en los hogares
Que se activa en los hospitales y demás espacios exceptualmente habilitados para
ello.
Cocino las recetas de mi abuela y cierro los ojos para llegar al resultado que espero
a través del olor.

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